El Apio

manojo de apio


Facilita la digestión, tonifica el sistema nervioso y ayuda a depurar el organismo.


El apio es un alimento alcalinizante, refrescante y poco energético. También aporta cantidades interesantes de sales minerales, especialmente calcio, sodio y hierro. Respecto a las vitaminas destacan el ácido fólico y la Vit C.


El apio contiene un aceite esencial aromático que le otorga virtudes aperitivas. Comido crudo, favorece la secreción de la saliva y el jugo gástrico, lo que facilita la digestión y ayuda incluso frente a ciertas dispepsias (digestiones difíciles). Posee propiedades tonificantes del sistema nervioso, a la vez que calmantes. Ejerce una acción reguladora de los líquidos orgánicos, pues al poseer agentes diuréticos (potasio y un aceite esencial que dilata los vasos renales), aumenta la cantidad de orina. Esto, a su vez, estimula la eliminación de productos tóxicos derivados del metabolismo, lo que explica su eficacia en casos de gota, reumatismo y cálculos renales, fruto de una elevada presencia de ácido úrico en la sangre. Contiene también glucoquinas, sustancias similares a la insulina, adecuadas en casos de diabetes.


Pero su mayor virtud es la de ser un extraordinario diurético, arrastrando por vía renal todo tipo de residuos y toxinas.


Ejerce así mismo una acción estimulante de las glándulas suprarrenales, drenadora del hígado y pulmones, así como carminativa (expulsión de gases) y laxante (por la presencia de fibras).


Además del comentado efecto diurético y desintoxicante, el apio es beneficioso para el sistema cardiovascular. Ayuda a reducir y a prevenir la tensión arterial elevada, no solo por el aumento de la diurésis, sino por la presencia de una sustancia llamada apigenina con propiedades vasodilatadoras. Previene las arritmias cardiacas y la angina de pecho.


El apio actúa asimismo sobre la matriz, siendo un excelente emenagogo, ya que normaliza la regla excesivamente abundante. Es eficaz también para combatir los sofocos de la menopausia. En resumen, el apio conviene a enfermos de hígado, de riñones y de la vejiga, así como a los cardíacos y a los nerviosos y a quienes deben realizar un gran esfuerzo mental.

El mejor modo de consumirlo en crudo en ensalada o en decocción en forma de “agua de apio”.

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